¿Cuánto nos costará el desastre de la relación bilateral México-Estados Unidos? ¿Cuántos empleos de los exportadores de limones, aguacates o berries en Michoacán, de los que arman coches en Guanajuato o Aguascalientes, pescan atún en Sinaloa, o cosechan naranjas y benefician café en Veracruz? Además de la disminución de las remesas, la salida de parte de las plantas de General Motors y el cierre de Michelin, ¿cuál será el pago? ¿Qué estaremos cediendo, pronto, los mexicanos para “normalizar” la relación con Norteamérica?.

¿Qué obtuvo el subsecretario Chiristopher Landau en su visita a Palacio Nacional? Para decirlo pronto y claro: precio de la bravata del senador Noroña. El tema es ¿qué estamos dispuestos a entregar para tranquilizar al insaciable Trump? ¿Sólo procesar y exportar narcos?

Parte se verá en la Cumbre del G7 en Canadá, a donde irá nuestra Presidenta (en avión comercial). Abróchense los cinturones de seguridad, porque sobre la mesa estarán los temas de seguridad internacional, seguridad energética y transformación digital. ¿México puede presumir seguridad internacional con cárteles mexicanos enlistados como terroristas, por Estados Unidos?; en seguridad energética ¿hablará de la deuda de Pemex y los negocios privatizadores con Carlos Slim?; en transformación digital ¿dirá algo de los intentos de censura a plataformas? ¿Vamos a colaborar con el G7, es decir Estados Unidos, Canadá, Francia, Italia, Japón, Reino Unido, y la Unión Europea, contra Rusia, Corea del Norte (amigos del PT), Cuba y Venezuela? Suerte.

El secretario de Relaciones Exteriores, De la Fuente, un hombre de una pieza, con talla de estadista, legítima gloria del liberalismo mexicano; recién nombrado le comunicó a los Estados Unidos su oposición rotunda a toda cesión de soberanía y dignidad mexicanas. Se enfrentó resueltamente no sólo a cualquier venta territorial, por ejemplo de Baja California, sino también, con idéntico vigor, al otorgamiento de facultades discrecionales para que los Estados Unidos, sin previo consentimiento de México, pudieran proteger militarmente las vías de tránsito por Tehuantepec. Sí, es oportuno recordar la fortaleza del canciller del presidente Benito Juárez, Juan Antonio De la Fuente, (antier 158 años de su fallecimiento), que resistió la concreción del bochornoso y castrante Tratado Mc Lane-Ocampo. Hoy sólo vemos blandenguerías de dos exzedillistas que operan la relación con Estados Unidos, y la camorra de Noroña. El De la Fuente juarista condenó la invasión a México de Napoleón III, en el mismo Palacio de las Tullerías, en París. (José Fuentes Mares. Juárez. Los Estados Unidos y Europa. Grijalbo.).

Arreglar la crisis con Estados Unidos no será gratis. No se finiquita ofendiendo a los norteamericanos, tampoco con ofrendas lambisconas al Tlatoani Trump. Sino siguiendo el ejemplo de De la Fuente, no el psiquiatra, sino del abogado. Entereza y firmeza.

Tampoco se arregla con la histeria morenista de culpar a la oposición de los desmanes en Los Ángeles. Error garrafal. Nada más suculento para la glotonería de Trump que una nación dividida, con jueces enclenques e instituciones hechas polvo, presidida en el caso del Senado, por una arrogancia infructuosa que vulnera a los migrantes mexicanos. ¿Noroña reclamó más recursos para consulados cuando el recorte morenista?

Ante el “noroñazo” contra Estados Unidos, ahora pueden caer en la impaciencia, esa urgencia insana, el prontismo por arreglar al precio que ponga Estados Unidos. La 4T tiene prisa y firmaría lo que sea para que Trump los deje en paz (incluidos narcopolíticos). Sí. Son capaces de suscribir un nuevo tratado McLane-Ocampo, con tal de manterse cómoda y en algunos casos criminalmente en el poder y humillar a sus adversarios mexicanos. ¡Valiente regeneración nacional!

Diputado federal

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